¿Por qué nos aplicamos protección solar?

¿Por qué nos aplicamos protección solar?

Para ayudar a proteger nuestra piel de los rayos UV invisibles del sol, es decir, los rayos UVA y UVB. Los rayos UVC son de longitud de onda corta y no llegan a la superficie terrestre.

UV significa "ultravioleta" y la exposición a la radiación ultravioleta es uno de los principales factores de riesgo de la mayoría de los cánceres de piel. La luz solar es la principal fuente de radiación UV, pero las cámaras de bronceado también pueden imitar esta forma de luz y provocar cáncer de piel y otros tipos de lesiones cutáneas.

Existen dos tipos principales de rayos UV:

Los rayos UVB constituyen alrededor del 5-10% de los rayos que nos llegan; afectan a la capa externa de la piel y son la causa principal de las quemaduras solares, el cáncer de piel, el envejecimiento prematuro de la piel y el bronceado.

Los rayos UVA constituyen aproximadamente el 90-95% de los rayos que llegan a la Tierra; son más débiles que los UVB, pero penetran más profundamente en las capas de la piel y pueden contribuir a los signos de envejecimiento prematuro, como las arrugas, así como al cáncer de piel y al bronceado.

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¿Cómo actúa la protección solar?

Los protectores solares utilizan determinados tipos de activos (minerales o químicos) para absorber los dañinos rayos UV del sol. Entre los activos SPF químicos están la avobenzona, el homosalato y el octocrileno, mientras que entre los activos minerales están el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Estos dos activos minerales también ayudan a proteger la piel al reflejar parte de la luz UV del sol, además de absorberla.

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¿Qué es el FPS?

El FPS -o "factor de protección solar"- que figura en la etiqueta de un protector solar indica el nivel de protección del producto frente a las quemaduras solares.

En general, el número de FPS indica cuánto tiempo puede permanecer expuesto al sol antes de sufrir una quemadura si lleva protección solar, en comparación con si no la lleva.

Por ejemplo, se tarda 15 veces más en quemarse con un protector solar SPF 15 que sin él. Sin embargo, sea cual sea el número de FPS, el protector solar debe reaplicarse al menos cada 2 horas.

Cada número también protegerá tu piel de un determinado porcentaje de los rayos UVB del sol (que queman). Para que quede claro, los números de SPF se basan en diferentes situaciones y tipos de piel (por ejemplo, si estás nadando al aire libre o si tienes la piel especialmente grasa, el número de SPF no durará tanto).

Consulte aquí el desglose de las cifras de SPF:

  • FPS 15 - Bloquea el 93% de los rayos UVB
  • FPS 30 - Bloquea el 97% de los rayos UVB
  • FPS 50 - Bloquea el 98% de los rayos UVB

Pero, ¿hacia qué valores debería inclinarse? Bueno, cualquier dermatólogo le dirá que cualquier FPS entre 30 y 50 es su punto óptimo. Todo lo que esté por debajo de 30 (incluido el FPS 15, mencionado anteriormente) no le protegerá lo suficiente de los rayos UVB del sol, y todo lo que esté por encima de 50 da a la gente una falsa sensación de protección durante todo el día. Además, este FPS sólo le protegerá de menos de un uno por ciento más de los rayos UVB del sol, al tiempo que expone su piel a una concentración mucho mayor de ingredientes activos que pueden resultar irritantes en el proceso. Y tanto si eliges un FPS 30 como 50, recuerda aplicarlo y reaplicarlo generosamente.

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